Nuevas figuraciones

Las nuevas figuraciones son una respuesta al informalismo en los años sesenta y setenta. La manera de pintar se hace más fría y colorista y con ello se destaca un aspecto lúdico que no cabía entre los artistas anteriores. La banalidad se hace corrosiva y el trasfondo común a todas estas escenografías y personajes es una nueva pulsión narrativa, una voluntad por contar historias que acaba con la idea del cuadro definitivo y desgarrador de los pintores abstractos.

El pop se constituyó en un vehículo idóneo para la crítica de carácter social. Con él se ponía en cuestión además el arte de vanguardia, como se muestra en las obras de Eduardo Arroyo, Equipo Crónica y Equipo Realidad. Por su parte, la otra gran reacción al informalismo es la figuración madrileña, que surge en los años setenta con la obra de Gordillo como referencia. Entre los artistas más destacados se encuentran Carlos Alcolea, Guillermo Pérez Villalta, Carlos Franco y Chema Cobo. La pintura de todos ellos se fragua a la contra de los absolutos vanguardistas.

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