Torso

Andreu Alfaro

1988
Hierro pintado
Medidas: 60x61x63 cm
Asociación Colección Arte Contemporáneo

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Procedencia:
Col. art., Valencia / Gal. Gamarra y Garrigues, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid

Firma:
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Exposiciones:
1989 Arco'89, Madrid, Gal. Gamarra y Garrigues / 1989 Colección Amigos del C.A.R.S., MNCARS, Madrid / 1990 Colección Amigos del C.A.R.S., Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Bibiliografía:
Alfaro, cat., Madrid, Gal. Gamarra y Garrigues en Arco'89, 1989, cat. 8, rep. b/n; Arte en España 1918-1994. Colección Arte Contemporáneo, Madrid, Alianza Editorial, 1995, 263, rep.c; Colección Amigos del C.A.R.S., cat., Madrid, MNCARS, 1989, 110-111, rep. c; Colección Arte Contemporáneo, cat., Madrid, 1991, 134-135, rep. c; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 270, rep.c

Comentario:
Alfaro fue miembro del Grupo Parpalló y representante de la abstracción analítica española y el arte normativo de los años cincuenta y sesenta. En los ochenta se planteó un diálogo con la tradición escultórica, explorando la esencia de formas figurativas procedentes del mundo clásico, de los mitos y los modelos históricos que para él eran referencia. Recuperó también el uso de la piedra, así como de planchas de hierro recortadas, como las que constituyen esta obra del Museo Patio Herreriano. Esta escultura forma parte de un conjunto de obras presentadas en la galería Gamarra y Garrigues en Arco'89. En Torso, las planchas de forma semicircular se intersecan constituyendo un centro abierto que puede evocar el procedimiento de planos estereométricos de Gabo y Pevsner. Se enmarca, por una parte, en el lenguaje plástico constructivista derivado de los vanguardistas rusos y de Oteiza y por otra, en el interés que para Alfaro posee la figura humana como eje de la representación a lo largo de la historia del arte. En efecto, existe una recurrencia al tema emblemático del cuerpo humano en su obra de los años ochenta, especialmente desarrollado en sus exposiciones que sobre este tema tuvieron lugar en varias galerías de Madrid, Valencia y Barcelona en 1985. Tanto en dibujos lineales traducidos a varillas metálicas, como en torsos del arcaísmo griego convertidos en esquemáticas columnas, o como en este caso, en planos redondeados y coloreados, el cuerpo supone para Alfaro la sede de una reflexión sobre los desarrollos históricos de la forma tridimensional, vistos a través de una óptica analítica y geométrica esencialista que, en esta obra que comentamos, hace suyas tanto la noción clásica de equilibrio y depuración formal, como el dinamismo de las tensiones curvilíneas del Barroco.