Sin título
Txomin Badiola
1988
Acero
Medidas: 228x228x14,5 cm
A.C.A.C. Accenture, S.L.
Procedencia:
Col. art. / Gal. Soledad Lorenzo, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid
Firma:
SIN FIRMAR
Exposiciones:
1988-89 Spansk Kunst 1980' erne-de nyeste tendenser, Gal. Holtegaard, Holte (Dinamarca), y Vejle Kunstmuseum, Copenhague / 1989 Arco'89, Madrid, Gal. Soledad Lorenzo / 1989 Colección Amigos del C.A.R.S., M.N.C.A.R.S., Madrid / 1990 Colección Amigos del C.A.R.S., Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela / 1992 Art a Espanya 1920-1990. C.A.C., Palau de la Virreina, Barcelona / 1992 Arte en España 1965-1990. C.A.C., Museo Rufino Tamayo, México D. F., y Museo de Arte Moderno de Bogotá / 1993-94 10 Pintores-10 Escultores en los ochenta. C.A.C., Pabellón Mudéjar, Sevilla, Estación Marítima, La Coruña y Sala Rekalde, Bilbao / 2002 Arte en España 1977-2002, Sala Manege, Moscú
Bibiliografía:
Arte en España 1918-1994. colección Arte Contemporáneo, Madrid, Alianza Editorial, 1995, 267, rep.c; Colección Amigos del C.A.R.S., cat., Madrid, MNCARS, 1989, 244-45, rep. c; Colección Arte Contemporáneo, cat., Madrid, 1991, 330-331, rep. c; Jiménez, C., "Los empresarios explotan el filón del arte...", Tiempo, Madrid, 13, nov., 1989, 228, rep. c; Marchán Fiz, S., 10 Pintores-10 Escultores en los ochenta. C.A.C., cat., La Coruña, Ayuntamiento, 1993, rep. b/n; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 230, rep.c; Spansk Kunst 1980' erne-de nyeste tendenser, cat., Gal. Holtegaard, Holte, y Vejle Kunstmuseum, Copenhague, 1988, 53, rep. c
Comentario:
Junto a Ángel Bados y Pello Irazu, también presentes en esta colección del Museo Patio Herreriano, Txomin Badiola es uno de los más destacados representantes de la escultura vasca que emergió a principios de los años ochenta. Badiola empezó a desarrollar su escultura en el contexto de la poética minimalista y sobre todo, de su propia reflexión sobre la creación integral de Oteiza, muy influyente en él no sólo en lo que respecta a sus creaciones plásticas sino también a su concepción ética del arte. Uno de los elementos recurrentes en la obra de Badiola que constituye la premisa de esta pieza es el cuadrado derivado del mundo suprematista de Malevitch. El cuadrado como forma esencial, signo del absoluto, de purificación. Desarrollará esta forma con una gran variedad de materiales y configuraciones. Aquí su lenguaje se reduce a una estructura constituida por un perímetro de elementos metálicos rectangulares que forman su contorno. Estas piezas son el límite externo: una especie de cajas abiertas en uno de sus lados. Badiola establece un diálogo entre su atención al precedente de las cajas metafísicas de Oteiza y la tradición constructivista y minimalista. También explora la relación de la escultura con el lugar en el que se imbrica, de modo que esta pieza se define contra el espacio vacío de la pared, que se ve potenciado gracias a la escultura, respira a través de sus huecos y se matiza mediante las sombras. El cuadrado al mismo tiempo es el producto de la tensión dinámica de las líneas oblicuas en dirección opuesta, pero esa tensión va mas allá de un mero efecto formal o conceptual pues la escultura, a partir del funcionamiento de su estructura, se manifiesta como un proceso poético con vida propia.