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Precipitación

Nacho Criado

1989
Vidrio, espejos, cinta elástica y grafito
Medidas: Medidas variables
Colección de Arte Contemporáneo Español de Naturgy

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Procedencia:
Col. artista / Gal. Metta, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid

Firma:
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Exposiciones:
1989 Nacho Criado, Sala de exposiciones de La Caixa de Valencia / 2001, ARCO Gal. Metta, Madrid

Bibiliografía:
Castro Flórez, F., Nacho Criado, la voz que clama en el desierto Madrid, Fundación Argentaria, 1998, 21, rep. c.; Nacho Criado. Piezas de agua y cristal Madrid, Palacio de Cristal M.N.C.A.R.S., 1991, 30, rep.c; Nacho Criado. Tras la ruina... 1966-70, 1989-99, Valencia, IVAM Centre del Carme, 1999, 18 y 22, rep. c; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 244, rep.c

Comentario:
En Precipitación, botellas y tarros de vidrio cuelgan agrupados en los puntos en los que se cruzan unos cordeles tensados y unas líneas dibujadas sobre la pared, recorriéndola longitudinalmente de un extremo al otro, a modo de líneas de fuga de paisajes perspectivos imaginarios. La obra está planteada con una gran sencillez de medios, pero responde a un largo proceso de elaboración. El material es importante y lo ha sido siempre en el trabajo de Criado, porque sobre el núcleo conceptual siempre ha situado materiales con características y significados intensos y propios como, en este caso, el vidrio. Precipitación sigue en la estela de otras obras realizadas por Nacho Criado en diferentes épocas. La primera fue en 1968, cuando superpuso varios vidrios pintados, obteniendo efectos plenamente pictóricos. Reaparece a mediados de los setenta y se proyecta en su obra posterior como un material recurrente que remite a Marcel Duchamp, especialmente al Gran Vidrio. Para éste, el vidrio representaba la antimateria, en conexión con la noción -acuñada por él- de lo "infraleve". Para Criado es "antimateria visual" pero con presencia real y con una carga sensual. Desde Trasvase, Dos piezas de agua y cristal y Tres incógnitas, de fines de los años setenta, Criado utiliza botellas y frascos como agentes de un proceso en el que el vidrio y el agua contenida y trasvasada, derramada o ausente, constituyen una metáfora del proceso del tiempo y la transformación. Como una especie de agua petrificada, el vidrio aparece también en obras de los ochenta y primeros noventa en forma de fragmentos amontonados creando paisajes imaginarios y arquitecturas cristalinas de ruinas. Precipitación fue realizada por primera vez para la exposición en la Caixa de Valencia en 1989. En ella hay un aspecto "técnico" por su trazado geométrico, y otro vital e inmediato que le proporcionan los objetos de vidrio. Inspirada en las acentuadas líneas de fuga del cuadro de Paul Klee Perspectiva de una habitación ocupada, de 1921, las líneas obligan a la mirada a recorrer el espacio. En los extremos de la pared, dos espejos retienen la visión y repiten los brillos y reflejos de los objetos colgados. La mirada rebota entonces en el espejo, pero penetra el cristal, aunque la opacidad del muro que sirve de soporte obliga a detenerse, a reconocer el vidrio como objeto común, nada especial ni lujoso. Espejo y vidrio se convierten así en estímulos en los que la idea de penetrar visualmente se convierte en metáfora de la percepción de la obra de arte. CB

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