Pieza escuchando la pared
Juan Muñoz
1992
Bronce
Medidas: 140x70x70 cm
A.C.A.C. Accenture, S.L.
Procedencia:
Firma:
SIN FIRMAR
Exposiciones:
2002 Arte en España 1977-2002, Sala Manege, Moscú
Bibiliografía:
SIN BIBLIOGRAFÍA
Comentario:
Un personaje de mirada hipnótica, ensimismado, apoya su oreja sobre la pared, inclinando al mismo tiempo todo su cuerpo. Embutido en una especie de blusón largo, su parte inferior pertenece, más que a él, a una enorme bola de la que no tiene posibilidad de desprenderse: no existe sin ella. Juan Muñoz utiliza aquí la figura del tentetieso, que constituye también la idea base de sus Bailarinas. Aunque en bronce, la superficie y el color evocan el modelado de barro, rudo y añejo. En la vida cotidiana esta figura del tentetieso, que se mueve sin caer, es una forma muy primaria de juego infantil. Empujada desde todos lados, su movimiento es siempre ajeno, exterior, involuntario y vacío, no implica desplazamiento. Sin embargo, hay en esta escultura una necesidad del espacio y la pieza, como sus otras compañeras, requiere un ámbito vacío, suelo y lugar despejados. Aun con un grado notable de individualización en el rostro de este hombre, su personalidad concreta parece ser negada por la dimensión "alienada" de su situación. Una obvia tensión se observa en sus ojos y en su expresión de concentración, de atenta escucha. Está petrificado en esa atención, intentando atisbar lo que se está produciendo al otro lado del muro, en "la otra parte". Arrimado a su sombra, la aprisiona contra la pared, impidiendo que escape como hizo la del cuento de Chamisso. Hay una dimensión sonora en esta pieza que sugiere rumores, al parecer interesantes para el hombrecito, pero a la vez una sensación de silencio le rodea. Ruido y movimiento se sugieren y se apagan casi al mismo tiempo, y sólo permanece la espera, tal vez inútil.