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Móvil Nº5

Moisés Villèlia

1975
Bambú pintado
Medidas: 264x56x40 cm
A.C.A.C. Fundación AON España

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Comentario:
En 1957 empezó Villèlia a utilizar la caña como materia escultórica. Tras un período de búsqueda de los objetos más simples y humildes del entorno, descubrió la caña de bambú, que constituiría uno de sus medios preferidos. Planta abundante en el Maresme, el bambú era un objeto ligero que permitía una variada manipulación, y sintonizaba también con su sensibilidad especial hacia lo oriental, procedente de lecturas sobre Hinduismo y Zen. Desde esas primeras piezas de caña de bambú, el lenguaje plástico del artista se enriqueció con esta materia moldeable que, aunque aparentemente frágil, podía plegarse, cortarse y ensamblarse hasta adoptar cualquier forma. El escultor experimentó diversos tipos de bambú procedentes de Ecuador y Japón. El resultado fue de una gran versatilidad formal, ya que la propia variedad del vegetal le permitía variar el grosor desde varas muy finas, hasta troncos de considerable diámetro. El hueco, a veces coloreado, adquiría también carta de naturaleza en estas piezas que sugirieron a los críticos una fusión de lo primitivo, ancestral, y lo moderno. Villèlia cita a Tagore para expresar su noción del hueco como silencio, música interior: "se ha de ser vacío como un bambú para estar lleno de música". El movimiento se derivó de esa noción de ligereza. Admirador de Ferrant y de Calder, Villèlia desarrolla en la mayoría de sus móviles un dinamismo sencillo y natural de rotación, sin mecanismos ni contrapesos, que produce un movimiento muy corto y suave.

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