La escolar
Angel Ferrant
1925
Yeso pintado
Medidas: 67x41x5 cm
A.C.A.C. Fundación AON España
Procedencia:
Col. artista / Col. R. Barradas, Barcelona-Montevideo / Col. particular / Gal. Heller, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid
Firma:
SIN FIRMAR
Exposiciones:
1927 Gal. Dalmau, Barcelona / 1997 Ángel Ferrant en la C.A.C., Museo Pablo Gargallo, Zaragoza / 1998-99 Vanguardias históricas. Arte español 1918-1939 en la C.A.C., Fundación Barrié de la Maza, A Coruña, y Museo de la Pasión, Valladolid / 1999 Ángel Ferrant, M.N.C.A.R.S, Madrid y Museu d'Art Modern, Barcelona (nº cat. E5)
Bibiliografía:
Abril, M., "Ángel Ferrant, escultor", Blanco y Negro, Madrid, 31-VIII-1930; Alfar nº 65, La Coruña, XII-1929, rep. b/n; Ángel Ferrant, Madrid, Ministerio de Cultura, 1983, rep. b/n (el ejemplar en cemento); Ángel Ferrant, Madrid, M.N.C.A.R.S y Barcelona, Museu d'Art Modern, 1999, 131, rep. c.; Ángel Ferrant en la C.A.C., Cuaderno nº 2, C.A.C., Zaragoza, 1997, 25, rep. c, Arnaldo, J., "La escultura de Ángel Ferrant", La balsa de la medusa, nº 21, Madrid 1992, 49 rep. b/n; Arte nº 1, Madrid, IX-1932, 33 rep. b/n; Blanch, M., "Ángel Ferrant, una imagen insólita", Lápiz nº 9, X-1983, 52, rep. b/n; El Noticiero Universal, Barcelona, 9-VIII-1961, 4, rep. b/n; Escultura española 1900/1936, Madrid, MEC, 1985, 163; Francés, J., "Un bajorrelieve de Ferrant", La Esfera nº 669, Madrid 30-X-1926, 14, rep. b/n; Gullón, R., Ángel Ferrant, Monografías de la Escuela de Altamira, Santander 1951, 22 y lam. II, rep. b/n; La Sociedad de Artistas Ibéricos y el arte español de 1925, Madrid, M.N.C.A.R.S, 1995, 118 rep. c; La Vanguardia española, Barcelona, 3-VIII-1961, 4 rep. c; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 52, rep.c; Romero Escassi, J., Ángel Ferrant, Madrid, MEC, 1973, lam. 34; Sacs, J., "Ángel Ferrant", D'Ací i d'Allà, nº 129, Barcelona, IX-1928, 331 rep. b/n; Santos Torroella, R., Revisiones y testimonios, Barcelona, Taber, 1969, 140; Van Doesburg, t., "Spaanske Beeldhouwkunst. De Beelhouwer Prof. Ángel Ferrant", De Groene Amsterdammer Weekblad voor Nederland, 27755, 9-VIII-1930, rep. b/n; Vanguardias históricas. Arte español 1918-1939 en la C.A.C., Cuaderno nº 3, Madrid, 1998, 45 rep. c
Comentario:
En 1920 Ángel Ferrant se instaló en Barcelona tras lograr el traslado de su anterior plaza de profesor desde La Coruña a la ciudad condal. Los primeros años fueron inactivos por lo que respecta a su creación escultórica y dibujística, centrado como estaba en la docencia y en el desarrollo de sistemas pedagógicos para la enseñanza del arte. El ambiente artístico barcelonés, muy animado en esa década y la siguiente, se le abrió a partir del cuarto año de estancia, en parte gracias a su encuentro con Erasmo Imbert, que sería un gran apoyo para su trayectoria profesional. También el contacto con el pintor Barradas y su círculo del llamado "Ateneíllo" de Hospitalet, supuso un espaldarazo importante para continuar experimentando en su lenguaje artístico con la aportación de las tendencias renovadoras. En 1925 realizó esta obra, La escolar, un relieve en yeso del que posteriormente se harían copias en cemento (en el Instituto de Enseñanza Secundaria Ramiro de Maeztu de Madrid, en hormigón en el M.N.C.A.R.S, y en bronce con tirada de siete ejemplares). Con ella obtuvo Ferrant el Premio Nacional de Escultura en el año 1926. El escultor le dedicó la obra a Rafael Barradas, según consta en la inscripción que acompaña a su firma, y se la regaló. Éste la llevó consigo a Uruguay a su regreso a su país de origen a fines de 1928. La niña está sentada en un pupitre, algo ensimismada. Ferrant evita la presencia de libros, cuadernos o cualquier material escolar sobre el pupitre e incluye, en cambio, la inusitada presencia de una maceta con una opulenta planta en la esquina del tablero. Este elemento vegetal puede aludir a la necesidad de un contacto con la naturaleza en las aulas, pero también es un elemento compositivo que equilibra el relieve en su parte derecha, más vacía que la izquierda, que está ocupada por la diagonal que forma el cuerpo de la niña. El modelado es preciso y delicado, describiendo la suavidad de formas de la pequeña. Su cabeza es un óvalo cuya geometría se ve suavizada por una trenza en la parte posterior, creando una forma que aparecerá, años después y muy esquematizada, en dibujos, relieves y esculturas. Ferrant evoca líricamente el mundo infantil, y recoge la tradición clasicista que no solo procedía de sus años de aprendizaje, sino de lo visto en Barcelona: la prolongación del Noucentisme y el Mediterraneísmo. En efecto, esta escolar puede relacionarse con retratos de niñas de Joaquim Sunyer (como Niña de la cotorra, de 1916) y con creaciones contemporáneas de Casanovas y del grupo de los Evolucionistes como Rebull y Granyer, con los cuales Ferrant estaba en estrecho contacto, uniéndose formalmente al grupo en 1931. También se han señalado las vinculaciones de esta figura con ilustraciones gráficas de Bores, Norah Borges y del propio Barradas. CB