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El chivato

Carlos Alcolea

1991
Acrílico sobre lienzo
Medidas: 200x300 cm
A.C.A.C. Navarro Generación, S.A.

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Procedencia:

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Exposiciones:
1991 Carlos Alcolea, Gal. Gamarra y Garrigues, Madrid / 1992 XII Salón de los 16. Resumen primero, M.E.A.C., Madrid / 1992 Semellanzas e contrastes. Visións da arte peninsular da última década a través de tres coleccións, Palacio de la Diputación, Bienal de Pontevedra / 1993 10 Pintores-10 Escultores en los ochenta, Pabellón Mudéjar, Sevilla y Estación Marítima, La Coruña/ 1995 11 Pintores-10 Escultores en los ochenta, Sala Rekalde, Bilbao / 1996 –1997 Figuraciones madrileñas años 70 en la C.A.C., Casa da Parra, Santiago de Compostela, Museo de Navarra, Pamplona y Museo de Teruel, Iglesia de San Esteban / 1998 Carlos Alcolea, M.N.C.A.R.S., Madrid y Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela,

Bibiliografía:
Aguirre, M. de, "Un juego arriesgado", El Siglo, 9 diciembre, 1991, 58, rep. c; Arte en España 1918-1994. Colección Arte Contemporáneo, Madrid, Alianza Editorial, 1995, 46, 262, rep. c; “Artistas de los ochenta”, La Voz de Galicia, La Coruña, 30 de octubre de 1993, rep. c; Bonet, J. M., "El retorno de Carlos Alcolea", ABC de las Artes, 13 diciembre, 1991, rep. b/n.; Carlos Alcolea, cat., M.N.C.A.R.S., M.E.A.C., Madrid, 1998, 142-143 y 225, rep. c; Carlos Alcolea, cat., Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 1998, s.p, rep. c; Danvila, J. R., “ Carlos Alcolea, el conocimiento de la pintura”, El Punto, Madrid, diciembre de 1991, 5, rep.b/n; “ El pabellón Mudéjar recoge el arte español de los ochenta en 40 obras”, El País, Sevilla, 20 de mayo de 1993; Fernández-Cid, M., “ Carlos Alcolea. Un pintor carismático y reflexivo”, Diario 16, Madrid, 12 de mayo de 1992, 52, rep.b/n; Fernández-Cid, M., “ XII Salón de los XVI. 1992. Carlos Alcolea”, Cambio 16, 1070, Madrid, 25 de marzo de 1992, 8, rep.c; Fernández-Cid, M., "Fallece en Madrid Carlos Alcolea, uno de los pintores figurativos más personales de los años setenta", Diario 16, 21 septiembre, 1992, 47, rep. b/n (parcialmente, con el artista); Figuracións, cat., Xunta de Galicia, La Coruña, 1996, rep.c; Figuraciones madrileñas años 70 en la C.A.C., cat. Cuaderno nº 1, C.A.C., Madrid, 1996, 22, rep. c; González García, A. y Gómez de Liaño, I., Carlos Alcolea, cat., Madrid, Gal. Gamarra y Garrigues, 1991, 12, 18, 21, rep. c; Llorente, M., “País de los ochenta”, ABC de las Artes, Madrid, 1992, 30; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 182, rep.c; Paniagua, S., "Carlos Alcolea, un pintor que reniega de las exposiciones", Heraldo de Aragón, 22 enero, 1992, rep. b/n; Paniagua, S., “ Carlos Alcolea, un pintor que reniega de las exposiciones”, Heraldo de Aragón, Zaragoza, 22 de enero de 1992, 30, rep. b/n; Semellanzas e contrastes. Visions da arte peninsular da última década a través de tres coleccións, cat., Pontevedra, Diputación, 1992, 83, rep. c; XII Salón de los 16, cat., Grupo 16, Madrid, M.E.A.C., 1992, 22, rep. c; Solana, A., “El triángulo del arte”, Ronda Iberia, Madrid, febrero de 1992, 70, rep.c

Comentario:
Susana y los viejos es el argumento de la última exposición individual en vida de Alcolea, en la galería Gamarra y Garrigues. Una cierta estructuración ordena una imagen en dos partes en la que el rostro de la izquierda adquiere especial relieve. La cara más grande se ilumina con un gesto de complacencia, y su cuerpo se expande, como si fuera un organismo blando a punto de diluirse. ¿Es El chivato ese personaje de perfil negro, que se introduce en esta iconografía de la edad, la visión furtiva y el deseo?. Esta Susana no es como las de los pintores venecianos, tan bien situados en el museo ideal de Alcolea, pero hay algo de ellos en el color, en ese aura dorada y azul. Edad, visión y deseo se entrecruzan aquí, amparándose en el secretismo con el que necesariamente habla El chivato, con esa palabra susurrada al oído. El cuerpo de Susana se desliza hasta hacerse fluido en la parte derecha, donde se incorpora al agua, fuente y desembocadura al mismo tiempo de toda forma, de toda esencia. "Susana era exhibicionista y puta. El chivato no era tal; era el viejo" dice Alcolea, desmontando cualquier atisbo de sacralidad mítica en su cuadro, producto sin duda de una madurez espléndida. "El chivato -dice Ángel González- es el testigo inesperado, aunque inevitable, de este difícil suceder y sucederse de la exposición de Susana... Con El chivato el repliegue se hace voz. El nos dice la enredosa lección de esta extraña historia de Susana y los viejos, que empieza por ser una fábula policíaca y termina en juicio del ojo".

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