Camarero egipcio en Marbella
Andrés Nagel
1982
Poliéster, fibra de vidrio, tela y madera
Medidas: 194x229x34 cm
A.C.A.C. Técnicas Reunidas S.A.
Procedencia:
Firma:
SIN FIRMAR
Exposiciones:
SIN EXPOSICIONES
Bibiliografía:
SIN BIBLIOGRAFÍA
Comentario:
Dentro del mundo imaginario de Andrés de Nagel, esta obra es representativa de su capacidad combinatoria de formas y referencias con un sentido lúdico que responde, en contra de lo que pueda parecer, a un planteamiento reflexivo. Si bien su escultura de los años setenta, siempre en el ámbito de la figuración, poseía un carácter más dramático y desgarrado, en los ochenta, sin perder el sustrato expresionista, participa de una intención más irónica. Esta obra, realizada a base de resinas sintéticas coloreadas, descompone la figura en planos como una especie de puzzle, jugando con lo plano del cuerpo y la cabeza, y el volumen en los brazos tubulares y las piernas desiguales. La figura adopta la postura de frente y perfil característica del arte egipcio, pero la cita histórica se convierte aquí en motivo caprichoso al configurar un personaje un tanto absurdo. Como ha señalado Maya Aguiriano, en la obra "se funden estímulos plásticos, recuerdos, vivencias personales, opiniones sobre cosas, dobles sentidos, triples, pequeños y grandes homenajes". La imagen tiene resonancias pop, tanto en el tema como en el color, así como aspectos surrealizantes que potencian la asociación de elementos dispares. Con un carácter teatral, la pieza recrea todo un entorno: las tablas de madera con botellas pintadas aluden a la barra del bar; el telón de fondo es como una referencia al mar, o el propio camarero sirviendo bebidas en la bandeja llena de arena de playa. Este atrezzo y el disfraz del personaje sugieren un teatro, pura escenificación en la que el espectador se ve lúdicamente involucrado.
