Aldeana de Fiobre
Angel Ferrant
1945
Madera, piedras y conchas
Medidas: 34,5x9x8 cm
A.C.A.C. Bodegas Vega Sicilia, S.A.
Procedencia:
Col. artista / Col. vda. de Ferrant, Madrid / Col. Lissarrague, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid
Firma:
SIN FIRMAR
Exposiciones:
1946 III Salón de los Once, Gal. Biosca, Madrid / 1956 IV Exposición de Arte, Colegio Mayor Antonio de Nebrija, Madrid / 1983 Ángel Ferrant, Palacio de Cristal, Madrid / 1997 Ángel Ferrant en la C.A.C., Museo Pablo Gargallo, Zaragoza/ 1999 Ángel Ferrant, M.N.C.A.R.S, Madrid y Museu d'Art Modern, Barcelona (nº cat. E43)
Bibiliografía:
Ángel Ferrant, Madrid, M.E.C., 1983, cat. nº 47, rep. b/n; Ángel Ferrant, Madrid, M.N.C.A.R.S y Barcelona, Museu d'Art Modern, 1999, 164, rep.c; Ángel Ferrant en la C.A.C., Cuaderno nº 2 de la C.A.C., Zaragoza, 1997, 17 y 48 rep. c; De Asorei os 90. A escultura moderna en Galicia, Santiago de Compostela, Consellería de Cultura e Comunicación Social, 1997, 35, b/n; Llosent, E., "Ángel Ferrant. Luis García Ochoa", Arriba, 2-III-1949, 3; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 319, rep.c; Torre, G. de, "Las Nuevas Venus y otras esculturas de Ángel Ferrant", Saber Vivir, nº 8, Buenos Aires, IX/X, 1948
Comentario:
Pertenece Aldeana de Fiobre a la serie de pequeñas esculturas realizadas a partir de elementos naturales encontrados que Ferrant denominó "Objetos hallados" o "Esculturas intactas", según el grado de manipulación que tuvieran. Comprendía un conjunto de veinte creadas ensamblando ramas, raíces, conchas, anzuelos, agujas de tejer redes y cantos rodados recogidos en la playa de Fiobre en el verano de 1945. Su intervención varía según los casos, pero se reduce generalmente a asociar los elementos siguiendo el estímulo del azar, y a pegarlos después. En el catálogo de la exposición del Colegio Mayor Nebrija, Ferrant hacía una descripción muy sumaria de esta pieza: "conjunto mediante objetos de frecuente aparición y madera manipulada". Aquí el artista dispone conchas y piedras sobre una pequeña madera en forma de cuña, sugiriendo una figura humana como hizo en Pescador de Sada y en Figura, aunque la sutil evocación del cuerpo femenino aproxima más esta pieza a la Mujer del Regueiro. Ya se comentó en Pescador de Sada la filiación surrealista de este tipo de creaciones que, a medio camino entre el puro juego y la admiración por las formas de la naturaleza, fue experimentado por los artistas desde las primeras décadas del siglo XX para despertar insospechadas asociaciones de formas y estimular con ello la creatividad. Fundando en la pura sorpresa visual un repertorio inagotable de posibilidades, hacían acopio de objetos curiosos naturales, a veces modificados por el capricho de la erosión del viento, el agua o la arena, admirando con ello la propia capacidad de la naturaleza para hacer escultura. CB