Obras hasta 1940
Los relieves que Ferrant realiza en la inmediata posguerra como El matemático,La mecanógrafa y el ventilador o la serie de la Tauromaquia retoman una vÃa de expresión lineal más cercana a la figuración, tras la época de compromiso radical con las prácticas de vanguardia (Objetos de 1932). El recurso a lo expresivo y a la psicologÃa le permite diferenciarse del naturalismo ramplón del arte académico y a través de la representación de una realidad a medio camino entre la deformación caricaturesca y la ensoñación huidiza, dota a sus figuras de una ironÃa que se opone de modo casi subversivo a la vocación retórica y trascendente que atraviesan las figuras clasicistas de sus contemporáneos.
También La Comedia Humana (1940), un conjunto de siete cabezas de las que sólo han llegado tres hasta nosotros, se caracteriza por una deformación expresiva basada en los detalles, modificados por la interpretación del artista, proponiendo desequilibrios con respecto a cualquier modelo real. Las cabezas no se conforman a partir de un hueco que garantice su voluminosidad, sino que su presencia es la que impone la piedra, lo que acentúa la sensación de quietud e intemporalidad y la voluntad de forma. El trabajo sobre los materiales, que no se pule, sino que muestra sus impurezas y sus fracturas, proporciona a las mismas una cualidad terrosa que busca una identidad mujer-tierra. Mujeres de barro o mujeres de piedra, ensimismadas, que son a la vez figura y materia, sin terminar de decidirse a formar parte del mundo natural o del mundo artÃstico.
O. F.
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