Figuras del mar (1948) y La esencia humana de las formas (1952)
En 1948 el pintor Mathias Goeritz escribió un texto para encabezar el libro de dibujos de Ángel Ferrant Figuras del Mar, publicado por la madrileña galería Clan. El libro incluía dieciséis dibujos, cuyos originales están realizados con tinta china. Algunos de estos dibujos, como los estudios para Tres Mujeres y Estatua, corresponden a esculturas realizadas en piedra. Los demás son distintas configuraciones constituidas a base de partes. Esta fragmentación formal es desarrollo de ideas ya esbozadas en dibujos de mediados de los años treinta, pero que a finales de los cuarenta llegaron a concretarse en un sistema constructivo de las figuras. El horizonte plástico de estas creaciones está en el entorno de la llamada Escuela de Altamira. Ferrant explora en estos dibujos una aproximación a la representación figurativa que no parte de lo humano sino de lo mineral y biológico. Formaciones rocosas, concreciones líticas submarinas o de paisajes graníticos, constituyen la referencia de estas imágenes entre la ingravidez y la solidez. Existe una comunidad de intereses con las esculturas biomórficas de Arp, pero también con los hallazgos de Alberto y Palencia. Hay un similar gusto por lo originario, por la emulación de ciertos procesos creativos de la naturaleza como contraste y alternativa a la convencional constitución académica de la figura. Sin embargo, como en toda la creación ferrantiana, lo antropomórfico subyace y las formas se ordenan según este impulso básico, adquiriendo la apariencia de cuerpos erguidos sobre el suelo. En algunos dibujos de este grupo Ferrant realiza composiciones más abstractas; en otros asume cierto carácter zoomorfo con sencillez y efectividad. Como afirma Goeritz en su presentación, Ferrant crea formas "vivas": Cada curva, cada espacio, cada línea está viviendo. Piedras que parecen crecidas del fondo del mar. O del aire. O más bien seres que están entre nosotros, en nuestra tierra, en los montes y en los valles o lagos.