Logotipo del Museo Patio Herreriano

DIONISIO GONZÁLEZ

Transfigured Schönberg
Fecha:
Del 2 de octubre de 2009 al 18 de mayo de 2010
Lugar:

Transfigured Schönberg formaría parte de una serie de proyectos ejecutados a partir de los restos o, en su defecto, a partir de una demolición. De la obra de Schönberg se ha dicho que conformó la gran tarea de demolición: la del sistema tonal clásico y que, en cierto modo, atentó contra los cimientos del edificio de la música… ¿Pero qué hacer una vez derribada la jerarquía tonal; finalmente, acercarse al tranquilo edificio serial? Es la demolición, en si misma, más una reacción que una acción. La acción se genera más tarde e implica una nueva formalidad. Existe implícita al sujeto la necesidad, (el placer erótico de muerte según Freud), de la destrucción, es la ultimación de lo divisorio. En ello manifestamos nuestros radicalismos. Pero una vez enfrentados al proceso de reconstrucción desatendemos los efectos colaterales de la explosión y nos conformamos únicamente con una construcción de nuevo cuño. Es sencillamente un espejismo catártico que nos posiciona livianos por un espacio temporal limitado a la espera de futuras demoliciones tanto empíricas como simbólicas.  

Desde el punto de vista de la aplicación de los efectos del desalojo y las demoliciones forzosas el interés de mi obra, se ha encontrado siempre en el proceso posterior, en la desatención a los restos del naufragio social y en la desatención de los registros identitarios de las parcelas habitativas afectadas. Esto me llevó de forma constante a la elaboración de un plan arquitectural alternativo para asentamientos irregulares tanto en Brasil como actualmente en Vietnam. El propio Houllebecq reflexiona en El mundo como supermercado cómo el sujeto contemporáneo, adentrándose en su universo habitual de acero, cristal y señales, adopta enseguida el paso rápido la mirada funcional y dirigida que corresponden al entorno propuesto. Pero lo cierto es que ese sistema de aplicación no es necesariamente válido para entornos no construidos desde un criterio perceptible de eficacia.

Me parecía oportuno crear, paralelamente a esta obra, una serie de proyectos entre ellos Elegía 1938 Transfigured Schönberg que recogiesen en su estructura morfológica el momento de lo detonado, de lo derruido, de lo ex/inscrito (el propio Arnold Schönberg definía la música como arquitectura congelada). Mostrar no ya que el poder, y por tanto el placer, llevan al deterioro, sino que el mismo deterioro es una fuente de placer. No es sólo que la adicción de poder lleva a la destrucción sino que la misma destrucción puede ser una adicción. Dado que habitar es poseer, los órganos de poder que gestionan la desposesión son adictos a la distribución aleatoria o cuanto menos insensible de los espacios informales o irregulares. Gilles Clément señala en su Manifiesto del Tercer Paisaje que a medida que se cierra el terreno se atenúa la dinámica de conquista. La vida de los residuos es breve. Esta es la función de estos proyectos repercutir en la vida de los residuos en su organización y en su duración.

Transfigured Schönberg está compuesto por 2 apartados diferenciados.

Decía Schönberg que encontraba la expresión música atonal de lo más desafortunada, es como llamar a volar “el arte de no caer”.

Este proyecto extrañamente recoge ambas expresiones. Por una parte la pieza es la representación misma de la suspensión en el aire de ese “arte de no caer”.

Por otro lado su transfiguración atonal parte de la pérdida de los límites entre lo musical y/o el ruido.

El primer apartado recoge, por tanto, el montaje museal de los restos; la distribución de estos, en el espacio de la capilla. Suspendidos como en una parálisis, una pausa en el proceso de dispersión de los residuos. Adoptaría desde ese detenimiento la forma de un cilindro estrangulado que genera un doble embudo o un tornado, como si una enorme lámpara (6 m de diámetro x 5m de altura), en este caso, no ya lumínica, sino sonora, se proyectase desde el techo de la capilla.

El segundo adquiere una dimensión sonora e integradora para el espectador. Entre la dispersión de los altavoces algunos de ellos, aún hábiles, reproducen (con una intención de movimiento en el sonido; es decir, creando y definiendo el espacio del espectador) una reconstrucción, una reinterpretación, desde el dinamitazo, de la pieza musical La noche transfigurada de Schönberg.

Dionisio González


Galería de imágenes


© 2020 Museo de Arte Contemporáneo Español