DIBUJOS DE ARQUITECTURAS
Colección Primitivo González

El dibujo de artista puede considerarse como un fin en sà mismo. La obra termina en él. El del arquitecto comporta otra complejidad; su valor está en su anticipación a lo que es su verdadero objetivo: la ideación y luego la construcción de una arquitectura. Resulta fascinante ese primer croquis, confuso, en ocasiones ininteligible, pero en el que ya está reflejada la complejidad de una obra. Alejandro de la Sota decÃa que en el dibujo estaba todo su trabajo. Ese carácter inicial, seminal, es algo fascinante. Una idea, la concepción de algo muy complejo está en esos primeros esbozos. El valor del dibujo de arquitectura está en ese carácter premonitorio. La colección de dibujos de Primitivo González sitúa en una misma mesa los croquis de trabajo de diversos arquitectos. Cada dibujo tiene valor en sà mismo que nos habla sobre la práctica y dinámica de trabajo de un arquitecto en concreto, pero la puesta en común genera diálogos y lecturas cruzadas. Un encuentro que llama a la interpretación como proceso, como arquitectura. O como obra de arte.