CUATRO DIMENSIONES
Escultura en España. 1978-2003
Artistas:
Elena Asins |
Nacho Criado |
Mitsuo Miura |
Javier Baldeón |
Pepe Espaliú |
Perejaume |
Jorge Barbi |
Cristina Iglesias |
Jaume Plensa |
Elena Blasco |
Antoni Llena |
Elena del Rivero |
Joan Brossa |
Eva Lootz |
Adolfo Schlosser |
Carmen Calvo |
Chema Madoz |
Fernando Sinaga |
Victoria Civera |
Ángeles Marco |
Susana Solano |
Jordi Colomer |
Antoni Miralda |
Con la exposición Cuatro dimensiones. Escultura en España, 1978-2003 el Museo Patio Herreriano se suma a la celebración de los 25 años de la Constitución española, que organiza la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. El museo, a través de la selección de obras de sus fondos, pertenecientes a la Colección Arte Contemporáneo, ha elaborado un proyecto desde el que pretende aportar una visión del devenir del arte en estos años, tomando como punto de partida la escultura. Cuatro dimensiones. Escultura en España, 1978-2003 propone cuatro recorridos por la escultura de estas últimas décadas que permiten señalar ámbitos de sensibilidad y vinculan autores y obras en su azaroso encuentro en el espacio de una exposición. Se trata de convocar complicidades entre obras, por lo que se ha preferido romper la rigidez de trabajar dentro del marco cronológico de forma estricta, buscándose antecedentes que hicieran guiños desde el tiempo. En el mismo sentido se muestran otros soportes, como el dibujo, la fotografía o la pintura, para complementar las propuestas de cada sala.
El desenlace de la situación política que supuso la muerte de Franco vino a coincidir con una nueva coyuntura artística, donde la irrupción de una nueva generación de artistas se relacionó con la quiebra de los discursos fuertes que justificaban el arte de vanguardia y con las relecturas que se proponían desde diferentes lugares, no necesariamente artísticos. El discurrir de las nuevas formas del arte se entrelaza con un nuevo contexto de producción y recepción donde, de forma sincrónica y algo paradójica, la afirmación de los lenguajes modernos, entendidos como enlace y recuperación de la memoria histórica, coincide con la crisis de estos mismos lenguajes. A mediados de los setenta en España, a pesar de que la mayor parte de los debates públicos se articulaban con referencia a la pintura, la escultura había iniciado una transformación consciente que se haría plenamente visible a mitad de la década siguiente. Los ochenta y noventa mantendrían la estabilidad del proceso, permitiendo abordar varias direcceiones y reformulando diferentes propuestas.
Olga Fernández