A UA CRAG. AGUA CRUJIENTE
Hace veinte años, en Aranda de Duero (Burgos), un grupo de artistas fundaba un centro de operaciones autogestionario e independiente para dar cauce a su trabajo artÃstico. El colectivo se darÃa a conocer con el nombre A UA CRAG, expresión irónica, inspirada por el chocante contrasentido de las palabras agua crujiente, cuya ingeniosa combinación pronosticaba la energÃa creativa con que el grupo transformarÃa un lugar, en el extrarradio del circuito del arte contemporáneo, en un foco ineludible de la escena artÃstica del momento.
La experiencia, motivada por una toma de conciencia de los artistas sobre su situación periférica, se articulaba en torno a la necesidad de instrumentalizar una dinámica de grupo que sirviera para urdir una red propia de funcionamiento a fin de promover, canalizar y difundir el trabajo individual de sus integrantes. Esta motivación, esencialmente pragmática, distinguirÃa al colectivo arandino de otras experiencias del ámbito español que, en los años ochenta y noventa, ejercieron el activismo artÃstico desde el posicionamiento ideológico.
Forjar la puerta de emergencia en el entonces desestructurado y estancado medio artÃstico de Castilla y León, superarÃa con creces la confluencia de intereses con que varios artistas ocuparon una nave para compartir taller. La estrategia con la que A UA CRAG gestarÃa un modelo de organización artÃstica, se concretó en el tiempo a través de una fecunda actividad creativa, investigadora, promotora y divulgadora del arte contemporáneo que no solo contribuyó a la proyección nacional e internacional del grupo, sino que avalaba además al colectivo para interactuar con los diversos agentes de la escena artÃstica de entonces. El respeto hacia las prácticas individuales y el enriquecedor intercambio intelectual motivado por el debate interno contrastado y la confrontación plural de distintas maneras de hacer y de pensar, sentaron las bases para expandir el horizonte del proyecto.
La temprana puesta en marcha del Espacio-GalerÃa gestionado por A UA CRAG y abierto a la participación de otros artistas se consolidaba como plataforma privilegiada para conocer las tendencias actuales. En 1988, el colectivo participarÃa por vez primera en ARCO, cita a la que acudieron durante tres años consecutivos de intensa actividad. Entre 1990 y 1995, una serie de fructÃferos intercambios, talleres e intervenciones del grupo tienen como escenario la Fábrica Moradillo de Aranda y diversos espacios expositivos y no convencionales del ámbito internacional. Estos proyectos de colaboración con artistas y colectivos franceses, belgas, holandeses y canadienses situarÃan la actividad de A UA CRAG en la vanguardia de las prácticas que reivindicaban la producción de proyectos especÃficos desde la perspectiva del contexto.
El conjunto elocuente de obras reunidas en la exposición Agua Crujiente sorprende por la calidad, la coherencia y la integridad del desempeño creativo que transmiten las distintas piezas. Los trabajos evidencian la libertad con que los artistas realizaron una obra personal y colectiva de una contundencia tal que ni el tiempo, que todo amenaza, ha hecho mella en ella. Como no podÃa ser de otra manera, la exposición respira el aire de la época en la que vieron la luz las propuestas, condensado también en la documentación, laboriosamente seleccionada para esta ocasión.
Documentar la ejemplar y productiva trayectoria, actividad, generosidad y el firme compromiso del colectivo arandino con el arte contemporáneo en sus diversos frentes y alcances, ha sido el objetivo de esta muestra, que pretende destacar la significativa contribución de A UA CRAG en nuestra historia artÃstica reciente. Mi agradecimiento profundo a los artÃfices de este proyecto que han afrontado la dificultad de repensar su propia historia para hacernos partÃcipes de la insólita e irrepetible experiencia que protagonizaron hace veinte años.
Teresa Velázquez
Directora del Museo Patio Herreriano