Luis Claramunt
1951 Barcelona (España)
2000 San Sebastián Guipúzcoa (España)
Biografía:
De formación autodidacta, comienza a pintar a los quince años, y desde los veinte expone individualmente, sin participar en muchas colectivas, como reflejo de su voluntaria automarginación de los circuitos expositivos a la moda. Retratos, escenas taurinas y, fundamentalmente, visiones urbanas constituyen los temas de sus obras, cargadas desde sus años iniciales de un sentido expresionista, al que se le ha asociado una voluntad constructiva. En una primera etapa, que abarca hasta los primeros años de la década de los ochenta, su pintura se caracteriza por su violento cromatismo y la textura densa de las superficies. Con el inicio de la década, su paleta se hace más sobria y más ligera en su traslado al lienzo, en un periplo que le lleva a las calles y tipos urbanos de Barcelona, Madrid o Sevilla. De las ciudades llama su atención el efecto del bullicio urbano, que le lleva a explorar una pintura de gesto rápido y caligráfico, laberÃntico en algunas de sus formulaciones formales, con colores reducidos pero muy modulados, y efectos puntillistas o chorreados. En Marrakech se desplaza hacia una técnica más depurada; ordena su pintura sobre fondos vacÃos, en los que caligrafÃa estructuras arquitectónicas y mÃnimas referencias espaciales ante las que recrea escenas cotidianas de trazo rápido y una paleta en la que dominan los ocres, amarillos y rojos, y en las que no falta el uso de motivos que le permiten un juego sinuoso, ornamental, de la lÃnea. Paralelamente, en sus cuadernos experimenta con materiales varios, calcos, collages, fotografÃas, litografÃas, etc. El cierre de su taller de Marrakech y el abandono de su residencia sevillana marcan un giro en su obra en los años iniciales de la década de los noventa. Tomando como referencia Shadow Line del novelista Joseph Conrad, disuelve sus imágenes, dando paso a un gesto expresivo y automático, que no le lleva a renunciar de la figuración. Tras un breve retorno a los temas urbanos, los árboles, que adquieren una presencia casi totémica, figuran en un primer estadio de apropiación iconográfica de la naturaleza, alternando figuraciones de fondos vacÃos en los que construye tenuemente la imagen mediante maneras abocetadas, con composiciones de color y gesto vehementes que ganan la partida en los últimos años de la década. Sus obras se pueblan de referencias novelescas, en las que Oriente y una pulsión aventurera aparecen reflejados en sus alusiones a barcos de negreros, contrabandistas, el Mar Rojo o sus últimas series sobre tormentas, aunque no abandona lÃneas experimentales como sus Pinturas ciegas/Pinturas zurdas, presentadas en 1998, en las que a juega con el grafismo, prescindiendo de la luz e ironizando sobre la pertinencia de la destreza y el aprendizaje para la práctica artÃstica. A.G.