JAVIERA DE LA FUENTE
Exordio: un cuerpo que se suma a "Aprendices errantes"
Museo Patio Herreriano. Sala 8. 19:00 h
Exordio: un cuerpo que se suma a "Aprendices errantes"
Javiera de la Fuente
"Disponer el cuerpo propio como una escultura más que interactúa con las demás, con la sala, lxs visitantes. Sostener una íntima y retroalimentada relación entre el detalle y lo sutil, con lo espacial y estructural. Una cuestión de escala. Ir desde la materia, al gesto, luego al código, continuarlo, desdibujarlo, romperlo y volver a empezar.
¿Dónde está la sutileza en el flamenco? ¿En la estilización? ¿En la precisión del movimiento? ¿En algunas musicalidades, en los silencios? ¿En el andar suspendido de Farruco o el pellizco de Milagros y Matilde? ¿En algunos momentos de vulnerabilidad?... ¿No existe?
Qué pasaría si al relacionar un cuerpo (humano) en movimiento con Aprendices Errantes, nos proponemos las siguientes consignas:
Comenzar y desarrollar un baile de manos reconociendo el fenómeno de la gravitación que mantiene las partículas conectadas, en complementariedad u oposición, relacionándose entre sí, convocando el movimiento del resto del cuerpo, proyectándose en el espacio. Aparece una danza aire y una danza agua, que se deja permear y comunica, atenta a las interconexiones que se instalan en el movimiento.
Elaborar en tiempo real esos fragmentos que serán vueltos a ensamblar durante las secuencias. Arar el espacio, recolectar los gestos en forma de recuerdo (archivo o memoria) y redescubrirlo siempre distinto.
Investigar la sensación y el comportamiento del peso decimos la tierra en el flamenco y buscar lo otro: el no arraigo, la experiencia de vacío, de suspensión. Llegar al movimiento desde la estructura ósea más que muscular. Dejarse contagiar por lo pendular y vibracional de las piezas dispuestas en el espacio, para encontrar ángulos, curvas, líneas y torceduras. Ir de lo estático/arraigado a lo extático/desplazado.
Encontrar en esa deriva lugares de anclaje y volver a vaciarlo. Incluir esa “gravitación continua entre las cosas, sin desenlace”.
Construir fragmentos también rítmicos, internamente en sentido de soleá, permitiendo que los impulsos rompan el rumbo y esa ruptura dé lugar a una cosa nueva, o a una nueva forma de hacer lo mismo, sin poner atención a la sucesión, o al menos hacer el ejercicio de entrar y salir de las estructuras del compás interno que a la vez sostiene la pieza. Conseguir de esa manera la conversación, restando o sumando, recortando y torciendo las frases para explorar otros rumbos sonoros/percutivos.
Ser el tercer cuerpo que crea inestabilidad en la órbita de a dos. Dejar aparecer lo errático, el equilibrio inestable, lo impredecible. Arriesgar para no perder el conflicto, la resistencia, el contrapunto, ¿La tragedia? ¿Lo flamenco?
Llegar al caos y errar, en ambos sentidos de la palabra, para reordenar."
Javiera de la Fuente